Ch@rla: Cómo se realizaron las vacunaciones contra el COVID-19 en asilo de ancianos

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Nota del editor: Cambridge Hills, un asilo de ancianos en Pittsboro, dio 139 vacunaciones contra el COVID-19 a sus residentes. Mike Walters, el director ejecutivo, habló al News + Record acerca de la preparación y realización de ese proceso.

Cambridge Hills completó su primera ronda de vacunaciones contra el COVID-19 el jueves. Antes de que lleguemos a eso, ¿puede hablarnos sobre los cambios en las operaciones y procedimientos que ha tenido desde nuestra última conversación y cómo ha logrado prevenir las infecciones por COVID en Cambridge?



Desde la última vez que hablamos, las cosas habían permanecido algo iguales. Mantuvimos una postura constante de controles de temperatura al comienzo y al final de los turnos de empleados y controles diarios de nuestros residentes. También volvimos a permitir que nuestros proveedores de terapia ingresaran al edificio. De hecho, habíamos llegado a un punto en el que podíamos permitir visitas al aire libre socialmente distanciadas entre familiares y residentes. Fue genial, para la moral, para todos.

Mientras que el clima comenzó a cambiar a temperaturas más frías, trasladamos esas visitas a nuestro vestíbulo. Nuestras familias han sido fenomenales en cumplir con nuestros procedimientos para usar mascarillas y usar desinfectante.

Desafortunadamente, a mediados de diciembre experimentamos a nuestro primer residente con el COVID-19. Fue alarmante, por decir lo menos. Habíamos logrado pasar tanto tiempo sin que esto pasara que realmente se sintió horrible. Con eso, detuvimos todas las visitas y aumentamos nuestros protocolos de seguridad para que el personal usara protectores faciales, además de estar enmascarado en todo momento en los pasillos. Elegimos evaluar a todo el personal y los residentes durante tres semanas consecutivas. Hacerlo condujo al descubrimiento de cinco miembros positivos del personal. En cada caso, trabajamos directamente con el Departamento de Salud del Condado de Chatham para brindarles la mayor cantidad de información posible para ayudar con el rastreo de contactos.

A pesar de lo difícil que ha sido todo el año, creo que el período de tres o cuatro semanas fue el más difícil. Sabiendo que nuestros residentes son tan vulnerables, lo último que quería ver en el mundo era que uno de ellos había contraído el COVID-19.

El lado positivo de todo esto fue que no teníamos más residentes expuestos y todo el personal se había recuperado por completo.

¿Qué tipo de preparaciones tuvo que hacer antes de que se administraran las vacunas, y quiénes participaron?



Nos inscribimos a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Carolina del Norte (DHHS por sus siglas en inglés) para ser incluidos en el programa de vacunas una vez que se aprobaron las vacunas. Se nos notificó el 24 de noviembre que Walgreens sería nuestro inmunizador. También llevan a cabo nuestra clínica anual contra la influenza, por lo que tenemos una excelente relación de trabajo con ellos a nivel local.

Recibimos información básica sobre la clínica y Walgreens, un webinar para ver y los Registros de Administración de Vacunas (VAR) para completar para cada residente y miembro del personal. Con eso, tuvimos que obtener permiso de los residentes o su representante autorizado para inscribirse.

Nuestro siguiente contacto fue el 16 de diciembre de la coordinadora de área, a quien entendí que estaba coordinando las clínicas para más de 50 comunidades. En ese momento, ella mencionó que su objetivo era llevar las vacunas a los centros de enfermería especializada y las comunidades de vida asistida para el fin de año. Desafortunadamente, la vacuna de Moderna no fue aprobada hasta el 18 de diciembre, por lo que la línea de tiempo se deslizó hacia la derecha. Al final, estábamos programados para el 14 de enero.

El día anterior a la vacunación, tuve que cargar una hoja de cálculo con la información correspondiente a cada persona que recibió la vacuna. Creo que eso es lo que finalmente se está subiendo al DHHS y al CDC para rastrear la distribución de vacunas y otra información demográfica.

Han pasado unos días — ¿cómo se sienten todos?



Los únicos informes que tuve fueron un pequeño número de personas con un poco de dolor en los brazos y tres o cuatro que tenían un pequeño aumento de temperatura. Al día siguiente, todo estaba bien. Con la orientación de Callie Stegall, nuestro proveedor médico, estuvimos chequeando las temperaturas con regularidad durante los dos días posteriores a la vacuna.

La segunda vacunación está programada para el 11 de febrero. ¿Cómo supervisa a sus residentes y personal?



Volvemos a nuestra rutina de nuevo. Por lo que tengo entendido, la primera vacuna tarda aproximadamente una semana en surtir efecto. He leído que la vacuna de Moderna puede alcanzar hasta un 80% de eficacia con la primera inyección y hasta un 95% con la segunda.

¿Puede hablar sobre cómo está manejando las visitas de los miembros de la familia a sus residentes y cualquier cambio en esos procedimientos que haya realizado o que anticipe realizar?



Actualmente permitimos que los residentes tengan visitas de 30 minutos con hasta dos personas. Esto cumple con lo que permite el DHHS. Con las temperaturas más frías, estamos realizando esas visitas en nuestro vestíbulo. Los residentes y los visitantes están a unos 10 pies de distancia con un divisor de plexiglás en el medio y todos llevan mascarillas. Realizamos un examen previo de salud de los visitantes antes de permitirles ingresar al edificio para la visita. En este momento, no permitimos ningún contacto físico con residentes y visitantes.

A lo largo de este año, hemos tenido la capacidad de permitir visitas en la habitación para alguien que puede estar cerca del final de su vida. Nos referimos a ellas como visitas de atención compasiva. Reconocemos lo difícil que ha sido no poder pasar tiempo juntos abiertamente, por lo que nos esforzamos por acomodar las visitas durante los días de semana.

Estoy obligado, por reglamento, a suspender las visitas si estamos en una condición de prueba de COVID (cuando estamos evaluando al personal y / o residentes debido a una posible exposición) y si la tasa de positividad del condado es del 10% o superior.

¿Cómo son las cosas en el interior, entre los residentes, mientras se extiende la pandemia? ¿Hay una luz al final del túnel?



Creo que los residentes se sienten seguros y saben que nuestro objetivo número uno es mantenerlos seguros. Nuestro equipo de actividades ha hecho un trabajo increíble para mantener nuestro edificio animado y lo más “normal” posible. Estoy muy orgulloso de nuestro personal de enfermería que no ha vacilado en sus esfuerzos; incluso cuando teníamos algunos miembros del personal que contrajeron el COVID-19, nuestro equipo mantuvo el rumbo. Creo que nuestros esfuerzos persistentes para proteger nuestro edificio y convertirlo en un lugar seguro han ayudado; eso, y algo de buena suerte también.

Reconocemos que recibir la vacuna no garantiza nuestra seguridad, pero ciertamente es un gran paso en la dirección correcta. Mientras más y más personas reciban la vacuna, tengo la esperanza de que veremos una disminución constante en la propagación del virus y la oportunidad de abrir nuestras puertas a las familias nuevamente.

2020 fue agotador. Tengo esperanza ahora. Siento que hay una luz al final del túnel, pero no vamos a bajar la guardia. Algún día, con suerte pronto, estaremos hablando del año que fue ...

Mike Walters se unió al equipo de gestión de Cambridge Hills Assisted Living como director ejecutivo en octubre de 2017 después de más de 20 años en la industria de bienes de consumo / HVAC. Es el miembro principal del equipo de gestión de Cambridge Hills y también supervisa su empresa hermana, Twin Rivers Independent Living, en Pittsboro.

Traducido por Victoria Johnson y Patsy Montesinos